Tanto se habló del tema que al final sucedió lo que muchos preveían. La presencia de algunos hinchas de Central en la cancha de Patronato pasó de un mero hecho anecdótico a una jornada con incidentes, que derivó en la suspensión del encuentro durante seis minutos.
La policía entrerriana había desplegado un fuerte operativo para impedir la llegada masiva de hinchas de Central a Paraná. De hecho hubo controles en el puente Rosario-Victoria y en el túnel subfluvial, donde se trató de frenar lo máximo posible el arribo de simpatizantes rosarinos a la capital entrerriana. Pero todo fue en vano. Es que varios simpatizantes auriazules llegaron hasta Paraná y lograron ingresar al estadio Presbítero Bartolomé Grella. Ya cuando Broun salió a realizar los ejercicios precompetitivos aparecieron los primeros indicios, pero todo se complicó con el gol de Toledo en el final del primer tiempo.
Allí los hinchas canallas (aproximadamente 100) gritaron el tanto del delantero, lo que motivó la reacción de los hinchas locales y el accionar de la policía para calmar los ánimos.
En el entretiempo se produjeron algunas escaramuzas, pero todo se complicó a los 15’ del complemento, cuando la policía sacó a los simpatizantes canallas del estadio. En ese momento los hinchas locales se volvieron locos y comenzaron a agredir a los uniformados. Hubo bombas de estruendo de un lado y disparos de balas de goma. El partido estuvo detenido durante seis minutos.
Un toque de alerta. Para los hinchas, que deberán acatar la orden impuesta por la AFA, para el propio ente rector del fútbol argentino y para la policía, que deberá mejorar sus operativos.
LA CAPITAL
La policía entrerriana había desplegado un fuerte operativo para impedir la llegada masiva de hinchas de Central a Paraná. De hecho hubo controles en el puente Rosario-Victoria y en el túnel subfluvial, donde se trató de frenar lo máximo posible el arribo de simpatizantes rosarinos a la capital entrerriana. Pero todo fue en vano. Es que varios simpatizantes auriazules llegaron hasta Paraná y lograron ingresar al estadio Presbítero Bartolomé Grella. Ya cuando Broun salió a realizar los ejercicios precompetitivos aparecieron los primeros indicios, pero todo se complicó con el gol de Toledo en el final del primer tiempo.
Allí los hinchas canallas (aproximadamente 100) gritaron el tanto del delantero, lo que motivó la reacción de los hinchas locales y el accionar de la policía para calmar los ánimos.
En el entretiempo se produjeron algunas escaramuzas, pero todo se complicó a los 15’ del complemento, cuando la policía sacó a los simpatizantes canallas del estadio. En ese momento los hinchas locales se volvieron locos y comenzaron a agredir a los uniformados. Hubo bombas de estruendo de un lado y disparos de balas de goma. El partido estuvo detenido durante seis minutos.
Un toque de alerta. Para los hinchas, que deberán acatar la orden impuesta por la AFA, para el propio ente rector del fútbol argentino y para la policía, que deberá mejorar sus operativos.
LA CAPITAL
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