El trabajo de la prensa, sobre todo de la escrita, no suele ser fácil en ningún estadio del Ascenso. La TV y la radio siempre son prioridad. Mientras la cámaras y los micrófonos con la excusa del vivo atraviesan puertas en busca de notas, los medios escritos siempre tienen que esperar un rato más. Pero ayer, quien escribe estas líneas, tuvo que vivir algo jamás visto. A primera hora se nos negó el ingreso al campo para sacar fotos, algo que sucede en varias canchas (no en Brown que entran todos aquellos que se lo proponen, algunos solo para ver el partido más de cerca). Hasta ahí todo normal, salvo que, luego pudimos constatar el ingreso de al menos 4 fotógrafos con cámaras digitales como la nuestra. O sea, muchachos de páginas web de Defensores que no tienen la credencial de reporteros gráficos la cual, según las autoridades de Defensores hay que portar para ingresar al field. Pero el peor momento lo sufimos al terminar el encuentro, cuando quisimos ingresar a hacer las notas de rigor. Después de esperar media hora observamos un colega que le estaba haciendo un reportaje a Juan Carlos Kopriva en el pasillo de vestuarios, entonces decidimos entrar. Y ahí mismo una persona con los colores locales no dijo que teníamos que esperar afuera. Mi respuesta fue: "si hay colegas haciendo notas, ¿por qué yo debo salir?". Y siguieron invitándonos (ahora se sumaba un señor morocho que decía "yo soy dirigente y tenés que salir") a retirarnos, cada vez con más ahinco. Yo le pedía que me dejara hacer la nota al DT Tricolor, el cual seguía siendo reporteado por un colega, pero no había caso. Casi por la fuerza (me empezaron a agarrar del brazo) nos tuvimos que ir del Juan Pasquale sin poder hacer las notas que habitualmente volcamos aquí. Un hecho lamentable de clara discriminación a la prensa, justo en el día en que la misma dirigencia del Dragón había empapelado el estadio con una nota que denunciaba discriminación política del gobierno de la ciudad por no permitirles poner un cartel publicitario en las adyacencias de la cancha. El clásico "HAZ LO QUE YO DIGO PERO NO LO QUE YO HAGO". Y después nos quejamos de la dirigencia de la calle Viamonte. Desde aquí, igual preferimos pensar que seguramente el malhumor y el nerviosismo por ese incidente con el municipio local aún gobernaba el ánimo de la dirigencia, AQUI ASCENSO y Solo Brown terminó siendo el pato de la boda. Si fue así, nos deben una disculpa. Nosotros fuimos a trabajar, no nos dejaron y ni siquiera nos dijeron porqué. Éso es discriminar.
Reportó: Sergio Viacava
PUBLICADO EN AQUI ASCENSO
Reportó: Sergio Viacava
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