El fútbol es redondo, como la pelota, y todo lo que va siempre termina volviendo. Independiente Rivadavia venía de conseguir su primera victoria en el torneo al vencer sobre la hora a Nueva Chicago, de visitante, por 2 a 1. Ahora, la Lepra sufrió una gota de su propia medicina y fue derrotado en casa por San Martín de San Juan con un gol convertido a los 48 minutos del segundo tiempo.
El partido del Azul, hay que decirlo, fue bastante insípido y digno de ser olvidado. Los 90 minutos secos de emociones confirmaron que el triunfo en Mataderos fue una gota milagrosa en medio del desierto y que la realidad dista mucho de aquella ilusa alegría.
Matías Giménez apareció en tiempo de descuento, cuando ya no quedaba ni un segundo para reaccionar, y ese gol fue un piñón al mentón. Para ese entonces, los dirigidos por Marcelo Straccia ya jugaban con uno menos por la expulsión de Navarro, a 9 minutos del final.
No fue una derrota más para el Azul, ya que este resultado no sólo regresó a la Lepra a los puestos de retaguardia de la Zona Reválida A de la Primera Nacional, si no que además lo marginó de cualquier tipo de posibilidad de seguir en camino por el segundo ascenso a Primera.
Foto: Prensa Club Sp. Independiente Rivadavia
Texto: Andrés Ricardo Figueroa.
FUENTE: MENDOZA POST.
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