Deportes. Lázaro, rodeado. El volante albirrojo tuvo una noche para el olvido (La Voz).
Un punto puede significar poco o mucho, de acuerdo a la óptica con la que se lo mire. Anoche, Instituto lo perdía y, en cuestión de minutos, quedó a las puertas de ganarlo. Al final, empató después de 15 fechas: fue 1-1 con Aldosivi y se trepó al lote de equipos que hoy, si el campeonato terminara así, deberían dirimir el segundo ascenso (ver Cuatro).
¿Sirve el punto? Ante un rival directo en la lucha por el ascenso y de visitante, es bueno no haber perdido, aunque las alternativas del juego también le dieron a la Gloria la chance de ganar. No se dio porque Ezequiel Lázaro no las tuvo todas consigo y, así como muchas veces fue determinante para la buena cosecha de su equipo, anoche terminó incidiendo negativamente en las posibilidades de Instituto.
Instituto asumió el juego como una verdadera final. Adelantó sus líneas desde el comienzo y eligió, como en partidos anteriores atacar por la izquierda a través de Cardozo y Morales Neumann, quienes ganaron permanentemente a espaldas de Carli y Verón.
Sin embargo, Aldosivi, sin hacer mucho, se fue ganancioso al término del primer tiempo gracias a la acertada participación de los hermanos Campodónico: Pablo le atajó un penal a Lázaro (Pena derribó a Morales Neumann en el área), a los 18 minutos; y Mariano, de cabeza, puso en ventaja al local a los 25.
El complemento tuvo a Lázaro otra vez como protagonista, al hacerse expulsar infantilmente tirándole un pelotazo a Leclerq, perdiendo la superioridad numérica que Instituto había conseguido sólo cuatro minutos antes, por la expulsión de Verón.
Cuando el partido era equilibrado, un córner ejecutado por Cardozo encontró la cabeza de Frontini, quien decretó el empate. Lo pudo ganar la Gloria a los 44, cuando Chavarri perdió un mano a mano con el arquero del Tiburón, erigido en figura.
En pocas palabras
Hermanos unidos. El penal que Pablo Campodónico le contuvo a Lázaro y el gol de su hermano Mariano marcaron lo más trascendente de Aldosivi, que se fue ganancioso en el primer tiempo.
Decisión y reacción. Instituto tuvo la decisión de salir a empatar el partido en el complemento. Lo logró con una pelota detenida.
El árbitro
Jorge Baliño (muy bien). No hubo una sola equivocación, absolutamente nada para reprocharle al árbitro del partido. Estuvo acertado en el penal que sancionó para Instituto y en las dos expulsiones que tuvo el partido, que no admiten el más mínimo reproche. Baliño demostró ser uno de los mejores árbitros de la divisional.
Las figuras
Pablo Campodónico. El arquero de Aldosivi fue clave, no sólo por el penal que le contuvo a Lázaro. Lució siempre seguro y rápido de reflejos. Tuvo atajadas decisivas, como la pelota que le sacó a Chavarri al final.
Pablo Frontini. Seguro en la tarea defensiva, se la jugó por el empate, sacó valor, infló el pecho y fue a cabecear la pelota del gol.
Cuestión técnica
Andrés Rebottaro. En el primer tiempo, el cambio de sistema (3-4-1-2) fue efectivo, pero dejó costados flacos por el sector izquierdo de la defensa. Por allí, preocuparon Cardozo y Morales Neumann.
Jorge Ghiso. Acertó con los ingresos de Nadaya y Croce, quienes le dieron más aire y creatividad al ataque de la Gloria.
LA VOZ
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