El conjunto de Guillermo Duró hizo un trabajo inteligente, neutralizó al buen mediocampo de Estudiantes de Buenos Aires, pero le faltó un poquito más de profundidad para dar el golpe y vencer al “súper-equipo” de Salvador Pasini. El conjunto de la zona sur volvió a sumar y ahora, buscará regresar a la victoria nada menos que ante Los Andes.
La idea de Temperley era volver a ganar, y así, llegar en las mejores condiciones al clásico con Los Andes. Pero, viendo cómo se dio el partido y encima enfrente estaba Estudiantes de Buenos Aires (perdió un solo partido en el torneo y es candidato a luchar por el ascenso), el punto que cosechó el equipo de Guillermo Duró sirve para volver a sumar. Fue un partido inteligente el que realizó el Celeste, neutralizando al buen mediocampo que tiene el equipo de Salvador Pasini, siendo paciente y cuando pudo intentó dar el golpe de la fecha para quedarse con la victoria.
En lo global, el resultado fue justo porque ninguno de los dos hizo demasiado para llevarse los tres puntos, pero en posesión de balón e intento de juego, fue superior el conjunto de Caseros que los primeros minutos del partido tocó, los jugadores tuvieron mucha movilidad y la línea defensiva no pudo frenar esa embestida. De todas formas, a la hora de profundizar e inquietar a Medina, Estudiantes se encontró con una muralla.
Iván Macalik y Nicolás Perassi sacaron todo de arriba y frenaron a cualquiera que se les cruzó por delante, contuvieron bien a Andrés Montenegro, la carta más peligrosa que tiene Estudiantes en la ofensiva. Guiñazú y Molina cortaron todo intento por las bandas, mientras que los dos volantes centrales (Carlos Keosseián y Patricio González) le impidieron a Germán Scamporrino generar juego y ser desequilibrante.
En el primer tiempo, Temperley aguantó a su rival y no generó demasiado peligro en el arco de Martín Ríos, más allá de un cabezazo de Macalik que contuvo muy bien el ex arquero de Huracán. La producción ofensiva del Gasolero no fue abundante y le costó llegar con claridad. Ignacio Fernández lograba romper por afuera, pero siempre tenía que hacer una de más porque tenía la cancha cambiada, a Campomar se lo notó muy acelerado y con poca claridad, mientras que Mariano Campodónico se tuvo que tirar demasiado a tras para conectarse con la pelota, ya que no le llegaba.
En el segundo, con el ingreso de Sebastián Souto, Temperley ganó más en el volumen de juego y eso inclinó la balanza para el lado del dueño de casa. Sobretodo por la izquierda, fue por donde más daño le generó el Celeste a Estudiantes, pero siempre le faltó cinco para el peso: No estuvo fino en el cierre de la jugada y eso le impidió llegar al 1-0.
De pelota parada, fue la vía que mejor le resultó a la entidad de la zona sur. A los 32’ lo tuvo Pato González, que peinó el centro de Fernández, pero el balón se encontró con una gran respuesta de Ríos. En el cierre del partido intentó Fernández, pero el disparo lo dominó en dos tiempos el N° 1 de Caseros.
Aunque, en el final del encuentro, Estudiantes se pudo haber llevado la victoria. El Pincha se encontró con una contra por la banda derecha, Cardozo tiró el centro bajo que tenía como destino a Yassogna, pero apareció justo Keosseián para cortar la jugada y salvar la caída de su valla.
Temperley logró, al menos, cosechar un punto y dejar atrás la caída con Brown de Adrogué. Los de Duró al menos pudieron volver a sumar y ahora va con otra mentalidad al partido más importante del semestre: el clásico con Los Andes en donde intentará “cueste lo que cueste” conseguir la victoria.
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