Talleres cambió cuando aprovechó a Díaz, pero no le alcanzó.
Hugo García
De nuestra Redacción
hgarcia@lavozdelinterior.com.ar
Talleres tuvo un amanecer complicado. A los 2 y 24 minutos de juego (González y Medina, respectivamente), Juventud Unida Universitario le sacó un 2-0 en el aprovechamiento de errores múltiples ocurridos en sendas pelotas detenidas. Pero los goles no fueron los únicos condicionamientos: también su plan de juego. Con el 0-2 ya no tenía sentido que Talleres siguiera priorizando la recuperación de la pelota con el trío Galarraga-Monay-Basualdo. Eso seguiría limitando a Agustín Díaz y a Federico Arce, quienes, casi siempre de espaldas, debían utilizar dos tiempos para progresar. Y dejaba desamparado a Moreira Aldana (volvió a entrenar hace una semana), que igual se las arregló para inquietar: pegó un tiro en el palo, después Luque lo tapó tras un pase de Díaz y luego dejó solo a Basualdo, quien tampoco pudo con el "1". A igualdad de chances, Talleres perdía. Pero era Juventud, manejada por el oficio de Quiroga y Fernández, la que se preparaba para meter un nuevo estiletazo. Pasó el primer tiempo, y "el Sapo" decidió arriesgarse: armó una línea de tres y le ofreció socios a Díaz. Palacio a la derecha, el "doble 5" quedó con Monay-Basualdo y el ex Boca pasó a la izquierda para llegar vacío o en diagonal. Arriba, Cuello para acompañar al paraguayo. Con espacios e intérpretes, Díaz hizo que Talleres jugara. El descuento rápido –llegó a los 14 minutos del complemento por obra del pibe y un rebote en Medina– fue esperanzador. Moreira (le anularon un gol tras una gran jugada colectiva), Basualdo y Cuello casi logran empatar. Juventud sacó a Fernández y armó una línea de ¡seis! para resistir. Al final, festejó, y dejó a Talleres pensando en el tiempo perdido y los errores concedidos.
En pocas palabras Joven, pero dormido. El Talleres de Saporiti, con promedio de 23 años, perdía 0-2 a los 24 minutos de juego, ante un Juventud Unida que no le perdonó nada y se manejó con oficio. Cambios, descuento y fútbol. Díaz gravitó con los ingresos de Palacio y Cuello. Los pibes y Arce se asociaron a Díaz. Vino el 1-2 y la "T" casi logra empatar. La figura Díaz (7) y Moreira (7). El enganche mostró fútbol y habilidad. Pesó mucho más en el complemento. El paraguayo demostró su potencia cuando tuvo compañía y recursos cuando careció de abastecimiento. Quiroga (7). El capitán puntano tuvo prestancia y calidad. El árbitro Gustavo Bresler (regular). Debió dar la ley de ventaja tres veces (dos para Talleres y una para Juventud) y debió cobrar penal: una mano deliberada de Aballay. A favor anuló bien el gol a Talleres y el marco no lo intimidó. Cuestiones técnicas Roberto Saporiti. Pese al 0-2 inicial siguió confiando en que el 4-3-1-2. Pero las sociedades futbolísticas recién se formaron cuando le cambió los intérpretes a Díaz y el pibe ocupó espacios distintos. Gerardo Gómez. Se encontró con una ventaja inesperada. Se conformó e hizo peligrar el 2-1.
LA VOZ
Hugo García
De nuestra Redacción
hgarcia@lavozdelinterior.com.ar
Talleres tuvo un amanecer complicado. A los 2 y 24 minutos de juego (González y Medina, respectivamente), Juventud Unida Universitario le sacó un 2-0 en el aprovechamiento de errores múltiples ocurridos en sendas pelotas detenidas. Pero los goles no fueron los únicos condicionamientos: también su plan de juego. Con el 0-2 ya no tenía sentido que Talleres siguiera priorizando la recuperación de la pelota con el trío Galarraga-Monay-Basualdo. Eso seguiría limitando a Agustín Díaz y a Federico Arce, quienes, casi siempre de espaldas, debían utilizar dos tiempos para progresar. Y dejaba desamparado a Moreira Aldana (volvió a entrenar hace una semana), que igual se las arregló para inquietar: pegó un tiro en el palo, después Luque lo tapó tras un pase de Díaz y luego dejó solo a Basualdo, quien tampoco pudo con el "1". A igualdad de chances, Talleres perdía. Pero era Juventud, manejada por el oficio de Quiroga y Fernández, la que se preparaba para meter un nuevo estiletazo. Pasó el primer tiempo, y "el Sapo" decidió arriesgarse: armó una línea de tres y le ofreció socios a Díaz. Palacio a la derecha, el "doble 5" quedó con Monay-Basualdo y el ex Boca pasó a la izquierda para llegar vacío o en diagonal. Arriba, Cuello para acompañar al paraguayo. Con espacios e intérpretes, Díaz hizo que Talleres jugara. El descuento rápido –llegó a los 14 minutos del complemento por obra del pibe y un rebote en Medina– fue esperanzador. Moreira (le anularon un gol tras una gran jugada colectiva), Basualdo y Cuello casi logran empatar. Juventud sacó a Fernández y armó una línea de ¡seis! para resistir. Al final, festejó, y dejó a Talleres pensando en el tiempo perdido y los errores concedidos.
En pocas palabras Joven, pero dormido. El Talleres de Saporiti, con promedio de 23 años, perdía 0-2 a los 24 minutos de juego, ante un Juventud Unida que no le perdonó nada y se manejó con oficio. Cambios, descuento y fútbol. Díaz gravitó con los ingresos de Palacio y Cuello. Los pibes y Arce se asociaron a Díaz. Vino el 1-2 y la "T" casi logra empatar. La figura Díaz (7) y Moreira (7). El enganche mostró fútbol y habilidad. Pesó mucho más en el complemento. El paraguayo demostró su potencia cuando tuvo compañía y recursos cuando careció de abastecimiento. Quiroga (7). El capitán puntano tuvo prestancia y calidad. El árbitro Gustavo Bresler (regular). Debió dar la ley de ventaja tres veces (dos para Talleres y una para Juventud) y debió cobrar penal: una mano deliberada de Aballay. A favor anuló bien el gol a Talleres y el marco no lo intimidó. Cuestiones técnicas Roberto Saporiti. Pese al 0-2 inicial siguió confiando en que el 4-3-1-2. Pero las sociedades futbolísticas recién se formaron cuando le cambió los intérpretes a Díaz y el pibe ocupó espacios distintos. Gerardo Gómez. Se encontró con una ventaja inesperada. Se conformó e hizo peligrar el 2-1.
LA VOZ
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