Su nombre tiene peso propio en el ambiente deportivo. Y ni hablar en el universo de Central. Luciano Figueroa mostró una faceta por demás reflexiva en la intimidad con Ovación. Apeló en todo momento a palabras pausadas y contundentes. Su clara mirada permaneció fija y seria. Entre las frases que lanzó hubo una en especial que pinta el cuadro de situación que lo envuelve. Cuando se lo consultó sobre si estaba de cara al semestre más importante de su carrera, respondió de la misma manera que lo hace cuando entra al área rival: sin dudar. “Seguro que es así. Además de mucha presión. En estas 20 fechas que restan nos jugamos mucho. Pero estoy con todas las ganas de pelearla y lograr el ascenso”, respondió Lucho.
“Nos estamos preparando muy duro para afrontar un campeonato bravo desde todo punto de vista. Y queremos llegar bien en lo físico, futbolístico y mental para hacerle frente a la realidad cuando se reinicie la competencia. Y al paso que vamos estoy convencido de que lo vamos a lograr”, apuntó con la mirada puesta en el futuro.
—¿Sentís ahora que tenés una mayor responsabilidad que cuando llegaste desde Italia para zafar de la promoción o el descenso, cosa que no ocurrió?
—Lo que pasa es que son dos cosas distintas. Aquella vez había llegado después de la pretemporada y además pasaron algunas otras cosas más. En cambio, ahora puede parecer como que la responsabilidad es mayor porque ya estoy dentro del grupo desde hace varios meses. Más que responsabilidad, siento la obligación de salir de esta categoría como sea a final de la temporada.
—¿Sos consciente de que todo lo que pasa en lo deportivo recae fundamentalmente en el Kily González y vos?
—Sí, me doy cuenta. Es que cuando las cosas no salen como todos queremos pasa eso porque además somos dos jugadores que en otro momento hemos hecho cosas buenas en Central. La realidad marca que nos toca vivir este difícil momento y acá estamos, poniéndole el pecho a la situación.
—Eso sí, a diferencia del Kily, vos descendiste estando dentro de la cancha.
—Ni hablar. A mí me tocó comerme el garrón desde ese punto de vista. Pero trato de superarlo enfrentando la actualidad, aunque también eso me lleva a autopresionarme.
—¿Esa autopresión fue la que te llevó a entrenar todos los días mientras estabas de vacaciones?
—Lo hice para estar mejor ahora. Aunque también para no dar ventajas porque quiero estar muy bien para cuando se reinicie el torneo. Quiero empezar a jugar ya y colaborar con el grupo para devolver al club al lugar que le corresponde.
—¿Duele más cuando la gente te critica o no reconoce las cosas que hacés para estar bien por Central?
—Duele, sobre todo porque viene de mucha gente que en otro momento pedía que volviera o me trataba como a un ídolo. Pero esas son cosas que pasan en el fútbol. Por eso hay que ser muy profesional y tratar de salir adelante. Y es lo que estoy haciendo ahora.
—¿Pasaste muchos momentos delicados en el semestre pasado?
—Sinceramente sí. Porque estuve principalmente varios partidos sin poder hacer un gol. Y eso a un delantero le pesa mucho. Por suerte seguí luchándola, así y todo terminé haciendo siete goles. Sé que puedo dar mucho más.
—¿Qué esperas o cómo te imaginás el semestre que viene?
—Espero lo mejor para Central. Y si Dios quiere me imagino festejando el ascenso a la primera división. Después se verá qué sucederá, pero quiero ascender. l
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