Una mano de un defensor caído en el suelo para cortar un centro y un agarrón a Diego Méndez cuando se disponía a enfrentar al arquero generaron la bronca en la gente del “mate”, que se quedó reclamando ambos penales, que el árbitro Pablo Giménez no vio. “Me voy con mucha bronca, porque te tiran a la basura un trabajo de muchos meses”, disparó el técnico Marcelo Rufini. El entrenador fue el único en realizar declaraciones, pues el resto de la delegación de Argentino de Quilmes se retiró del Bajo Flores sin brindar su testimonio, pero con profunda tristeza. Por tercera temporada consecutiva, la ilusión de retornar a la “C” quedó trunca en un reducido y de cara al futuro se aguardan drásticas determinaciones, que podrían diezmar el actual plantel. “Hicimos un gran torneo y en todo momento, los muchachos dieron todo. No sacamos la ventaja en la ida y hoy vi dos penales clarísimos que hubiesen cambiado la historia”, concluyó Rufini.
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