
El Mago, que recibe el saludo de todos, lleva 15 gritos.
Con dos goles y una asistencia de Abel, Lamadrid goleó 3-0 a Midland y le sacó seis puntos a sus perseguidores.
El presente que vive Lamadrid excede los elogios. Pero si uno quiere adjetivar el andar del equipo de Franzoni, puede decir que es soberbio, sólido, genial... Más que genial, Flegenial. Porque fue Abel Flegenal quien guió al Carcelero a su vigésima victoria en el torneo (la décima como visitante), y lo hizo, nada menos, que con dos tantos y una asistencia. Encima, el segundo, un verdadero go-la-zo.
Pero primero, lo primero. Entonces, hay que decir que Lama mostró ante Midland un planteo definido: esperar a que el local lo ataque, para salir disparado de contra. Y fue de esa manera como encontró sus tres conquistas. Antes de los 15’ llegaría la apertura del marcador, que si bien fue concretada por Flegenal, fue Lezcano el autor intelectual. El punta, que arrancó la jugada por derecha, se fue tirando al medio y, a espaldas de toda la defensa, se la tiró de emboquillada a Pérez, para que éste le deje el gol servido a Flegenal.
Con la diferencia en el bolsillo, el de Devoto se aferró aún más a su plan. Y cuando parecía que el PT se desvanecía, llegó la perlita. Flegenal recibió el pase de Giménez dentro del área y, aprovechando la desesperación del arquero Gómez por evitar el gol, sacó la varita, inventó un sombrero y definió con el arco a su merced.
Así, el ST casi que estuvo de más. Eso sí, Abel tuvo tiempo de desparramar a Gómez por el piso y servirle el 3-0 a Martínez.
Con el triunfo (y el 2-2 de Talleres), Lamadrid sacó una diferencia de seis puntos y se adueña cada vez más de la punta. Genial.
El presente que vive Lamadrid excede los elogios. Pero si uno quiere adjetivar el andar del equipo de Franzoni, puede decir que es soberbio, sólido, genial... Más que genial, Flegenial. Porque fue Abel Flegenal quien guió al Carcelero a su vigésima victoria en el torneo (la décima como visitante), y lo hizo, nada menos, que con dos tantos y una asistencia. Encima, el segundo, un verdadero go-la-zo.
Pero primero, lo primero. Entonces, hay que decir que Lama mostró ante Midland un planteo definido: esperar a que el local lo ataque, para salir disparado de contra. Y fue de esa manera como encontró sus tres conquistas. Antes de los 15’ llegaría la apertura del marcador, que si bien fue concretada por Flegenal, fue Lezcano el autor intelectual. El punta, que arrancó la jugada por derecha, se fue tirando al medio y, a espaldas de toda la defensa, se la tiró de emboquillada a Pérez, para que éste le deje el gol servido a Flegenal.
Con la diferencia en el bolsillo, el de Devoto se aferró aún más a su plan. Y cuando parecía que el PT se desvanecía, llegó la perlita. Flegenal recibió el pase de Giménez dentro del área y, aprovechando la desesperación del arquero Gómez por evitar el gol, sacó la varita, inventó un sombrero y definió con el arco a su merced.
Así, el ST casi que estuvo de más. Eso sí, Abel tuvo tiempo de desparramar a Gómez por el piso y servirle el 3-0 a Martínez.
Con el triunfo (y el 2-2 de Talleres), Lamadrid sacó una diferencia de seis puntos y se adueña cada vez más de la punta. Genial.
OLÉ
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