
Tal como sucedió en la primera rueda, Morón y Barracas Central igualaron 1-1. El partido, desprolijo.
Hubo justicia. El 1-1, al igual que sucedió en la primera rueda, terminó siendo el fiel reflejo de un partido en el que no sobró nada. Morón y Barracas Central se repartieron los puntos, jugaron poco y entregaron un partido desprolijo, con más imprecisiones que aciertos. ¿La buena? Ambos continúan en zona de Reducido.
Trabado, chato, poco vistoso. Así transcurrió un PT en el que el local hizo valer su orden táctico, aunque su mayor falencia estuvo arriba. Porque en ataque, el Gallito sufrió la ausencia de Barrios Suárez y también la salida temprana por lesión de Damián Akerman (ver aparte). Entonces, el Camionero casi que no tuvo trabajo en defensa, salvo por ese centro de Chacón que el debutante Slimmens no pudo resolver. En tanto, la visita se plantó con tres volantes centrales que ayudaron en la recuperación, pero fallaron en la creación. Para resaltar en Barracas, un centro de Ciavarelli que Matos cabeceó afuera. No más que eso.
Sin embargo, en el ST al menos llegaron los goles. Y la primera alegría fue para el team de Juan Carlos Kopriva. Porque en una de las aproximaciones, Fede Maraschi entró por la izquierda y cuando enganchó, González se lo llevó puesto. Penal clarito que Di Bastiano cobró y que Matos cambió por gol. Sufría Cachín Blanco porque su equipo no le encontraba la vuelta al match, pero el DT acertó al meter a Carlos Escudero, quien en la primera bocha que tocó clavó un zurdazo bárbaro para el 1-1 final, como en la ida. Una parda cantada...
OLÉ
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