Riestra cumplió 78 años, y con dos goles de carambola obtuvo el triunfo que lo dejó como único puntero. FABIAN RODRIGUEZ | frodriguez@ole.com.ar Fue un día festivo para los hinchas de Riestra por dos motivos. En primer lugar porque la victoria, no merecida, significó alcanzar el primer puesto. Y en segundo, porque se cumplió el 78º aniversario de la creación del club.
Hernán Teri, DT del Doque, lamentará la poca fortuna que tuvo su equipo en las dos jugadas de pelota parada, la especialidad de Riestra, que terminaron en gol. La primera, tras un centro que Nápoli rechazó en la línea le rebotó a Arrúa. Y en el segundo, el líbero la empujó luego de un cabezazo de Giachello que pegó en el travesaño.
Por otra parte, la reanudación del torneo es preocupante para Riestra. Es que la goleada recibida la semana pasada ante Atlas (1-4), dejó lleno un libro de quejas defensivas. Y si bien el éxito de ayer sirve para sumar en lo psicológico, no deja de llamar la atención la permisiva manera en que su rival le quitó la pelota. Y cómo le neutralizó la ofensiva con volantes dinámicos como Tapia y Moralí. Así le creó peligro por ambos laterales, aunque el Doque careció de profundidad. También de picardía, porque en el ST Teri metió a Bonazzola para jugar con un enlace y enseguida, Figueroa le pegó un patadón a Arrúa y dejó con diez al Inundado. Aunque esto no lo privó de continuar manejando las acciones. Pero no pudo descontar ante Riestra que lleva 11 sin caer en casa (con diez triunfos y un empate), y festejó por partida doble el regalito.
OLÉ
Hernán Teri, DT del Doque, lamentará la poca fortuna que tuvo su equipo en las dos jugadas de pelota parada, la especialidad de Riestra, que terminaron en gol. La primera, tras un centro que Nápoli rechazó en la línea le rebotó a Arrúa. Y en el segundo, el líbero la empujó luego de un cabezazo de Giachello que pegó en el travesaño.
Por otra parte, la reanudación del torneo es preocupante para Riestra. Es que la goleada recibida la semana pasada ante Atlas (1-4), dejó lleno un libro de quejas defensivas. Y si bien el éxito de ayer sirve para sumar en lo psicológico, no deja de llamar la atención la permisiva manera en que su rival le quitó la pelota. Y cómo le neutralizó la ofensiva con volantes dinámicos como Tapia y Moralí. Así le creó peligro por ambos laterales, aunque el Doque careció de profundidad. También de picardía, porque en el ST Teri metió a Bonazzola para jugar con un enlace y enseguida, Figueroa le pegó un patadón a Arrúa y dejó con diez al Inundado. Aunque esto no lo privó de continuar manejando las acciones. Pero no pudo descontar ante Riestra que lleva 11 sin caer en casa (con diez triunfos y un empate), y festejó por partida doble el regalito.
OLÉ
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