PUNTERO EN LA C
Una vez más, la “Topadora” se reencontró con el triunfo. Atrás quedó el sabor amargo del empate con Luján. Nuevamente, nos hizo disfrutar con su porte de equipo maduro. Esta vez ante un nuevo desafío. La cita fue en Merlo norte. Allí, lo recibió el histórico Argentino de Merlo. El equipo más antiguo del oeste del Gran Buenos Aires. De irregular campaña, es cierto, pero con atributos como para poner en jaque a cualquier rival, en una categoría que sigue otorgando algunos resultados llamativos.
Lo que no resulta llamativo es la autoridad con la que se presenta el “Celeste” ante cada compromiso. Aunque la permanencia en la categoría siga siendo el objetivo primario, este plantel ratifica día a día que no vino de excursión a la “C”. Que está para cosas importantes. Que llegó para mostrar a sus adversarios cual es el camino que hay que recorrer para alcanzar la eficacia. Y lo más importante es que esa eficacia se obtiene sin renunciar a sus conceptos futbolísticos. A esa luminosa idea de juego que ya quedó instalada en los jugadores definitivamente, y que echa por tierra aquella errónea idea de que el fútbol cuanto menos vistoso sea, más eficaz será. Como enseñaba un grande, Didí, quien afirmaba: “Si quieres el gol, juega bonito…llega solo”. Así fue toda la vida. Así seguirá siendo. Y así llegó el primer grito de la tarde: buena combinación entre Brunetti y Stansiola. Éste último colocó el balón cerca del punto penal para la entrada de Hugo Palmerola que no pudo definir. El que sí pudo capturar la pelota por detrás de él fue Daniel Casais, que observéndolo a Silvio Fuentes entrando al área por sorpresa, lo habilitó estupendamente para que el hábil volante zurdo concrete la apertura del marcador. No obstante, el conjunto local tuvo una inmediata respuesta: Héctor Sanabria se encontró cara a cara con Marcos Fernández, y el brillante guardametas logró enviar al tiro de esquina el violento remate del delantero. Cerca de la media hora, Hugo Palmerola habilitó a Juan Brunetti y el delantero “Celeste” contó con la chance de aumentar el score, pero su toque suave con el empeine zurdo salió aproximadamente a un metro del palo derecho de la valla defendida por Rodrigo Ponce. Los minutos transcurrían y Liniers se iba afirmando cada vez más. En un abrir y cerrar de ojos, la primera etapa concluyó y la “Topadora” terminó con todo a su favor: resultado y balance de juego. En el complemento, la superioridad de los dirigidos por Osvaldo Ruggero fue aún mayor. Si bien, a los 8 minutos Marcos Fernández le tapó un disparo, con relativo riesgo, a Federico Rodríguez, Liniers fue el equipo que en todo momento dio la sensación de ser más incisivo. Sobre los 16 minutos, Silvio Fuentes, con su habitual pegada, casi convierte un gol olímpico. De no ser por Rodrigo Ponce, que salvó magistralmente, hubiésemos asistido a una impecable conquista. Pero no hubo que esperar demasiado para definir el partido. Sólo cuatro minutos después, cuando Brunetti convirtió ante la salida de Ponce, tras una habilitación de Marcos Fernández. Sí, leyó bien. El arquero de Liniers también contribuyó para celebrar el segundo y último tanto del encuentro. Mediante un largo saque de meta, Juan Brunetti la paró con su pierna izquierda, giró ante la atosigante marca adversaria y con un certero remate de zurda sentenció el 2-0. La “Academia” fue en busca del descuento casi por obligación, pero sus delanteros siguieron con su propia crisis, sin saber resolver por sí mismos. La “Topadora”, en cambio, terminó floreándose. Sin pasar sobresaltos. Jugando de entrecasa, con esa sensación de enorme superioridad que impone la diferencia de jerarquía.
Héctor QUATRIDA
Una vez más, la “Topadora” se reencontró con el triunfo. Atrás quedó el sabor amargo del empate con Luján. Nuevamente, nos hizo disfrutar con su porte de equipo maduro. Esta vez ante un nuevo desafío. La cita fue en Merlo norte. Allí, lo recibió el histórico Argentino de Merlo. El equipo más antiguo del oeste del Gran Buenos Aires. De irregular campaña, es cierto, pero con atributos como para poner en jaque a cualquier rival, en una categoría que sigue otorgando algunos resultados llamativos.
Lo que no resulta llamativo es la autoridad con la que se presenta el “Celeste” ante cada compromiso. Aunque la permanencia en la categoría siga siendo el objetivo primario, este plantel ratifica día a día que no vino de excursión a la “C”. Que está para cosas importantes. Que llegó para mostrar a sus adversarios cual es el camino que hay que recorrer para alcanzar la eficacia. Y lo más importante es que esa eficacia se obtiene sin renunciar a sus conceptos futbolísticos. A esa luminosa idea de juego que ya quedó instalada en los jugadores definitivamente, y que echa por tierra aquella errónea idea de que el fútbol cuanto menos vistoso sea, más eficaz será. Como enseñaba un grande, Didí, quien afirmaba: “Si quieres el gol, juega bonito…llega solo”. Así fue toda la vida. Así seguirá siendo. Y así llegó el primer grito de la tarde: buena combinación entre Brunetti y Stansiola. Éste último colocó el balón cerca del punto penal para la entrada de Hugo Palmerola que no pudo definir. El que sí pudo capturar la pelota por detrás de él fue Daniel Casais, que observéndolo a Silvio Fuentes entrando al área por sorpresa, lo habilitó estupendamente para que el hábil volante zurdo concrete la apertura del marcador. No obstante, el conjunto local tuvo una inmediata respuesta: Héctor Sanabria se encontró cara a cara con Marcos Fernández, y el brillante guardametas logró enviar al tiro de esquina el violento remate del delantero. Cerca de la media hora, Hugo Palmerola habilitó a Juan Brunetti y el delantero “Celeste” contó con la chance de aumentar el score, pero su toque suave con el empeine zurdo salió aproximadamente a un metro del palo derecho de la valla defendida por Rodrigo Ponce. Los minutos transcurrían y Liniers se iba afirmando cada vez más. En un abrir y cerrar de ojos, la primera etapa concluyó y la “Topadora” terminó con todo a su favor: resultado y balance de juego. En el complemento, la superioridad de los dirigidos por Osvaldo Ruggero fue aún mayor. Si bien, a los 8 minutos Marcos Fernández le tapó un disparo, con relativo riesgo, a Federico Rodríguez, Liniers fue el equipo que en todo momento dio la sensación de ser más incisivo. Sobre los 16 minutos, Silvio Fuentes, con su habitual pegada, casi convierte un gol olímpico. De no ser por Rodrigo Ponce, que salvó magistralmente, hubiésemos asistido a una impecable conquista. Pero no hubo que esperar demasiado para definir el partido. Sólo cuatro minutos después, cuando Brunetti convirtió ante la salida de Ponce, tras una habilitación de Marcos Fernández. Sí, leyó bien. El arquero de Liniers también contribuyó para celebrar el segundo y último tanto del encuentro. Mediante un largo saque de meta, Juan Brunetti la paró con su pierna izquierda, giró ante la atosigante marca adversaria y con un certero remate de zurda sentenció el 2-0. La “Academia” fue en busca del descuento casi por obligación, pero sus delanteros siguieron con su propia crisis, sin saber resolver por sí mismos. La “Topadora”, en cambio, terminó floreándose. Sin pasar sobresaltos. Jugando de entrecasa, con esa sensación de enorme superioridad que impone la diferencia de jerarquía.
Héctor QUATRIDA
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