Rosario Central está a sólo seis días de iniciar uno de los semestres más exigentes de su historia. Es que el objetivo trazado es uno solo: lograr el ascenso. Ni más ni menos que la misma meta que antes del inicio del torneo, pero con la particularidad de que ahora restan 20 fechas. Y el presente es comparable sólo en parte con la experiencia vivida allá por julio y agosto de 2010. El hoy marca que se está mejor desde lo grupal y lo futbolístico, pero la mala es que arrancará de atrás en cuanto a los números. Los cinco puntos que separan al equipo canalla del ascenso es un dato a tener en cuenta. ¿De qué manera se puede suplir ese escollo? En que el grupo mantuvo la base y se sumaron refuerzos que, a priori, prometen rendir por encima de muchos de los que llegaron en el anterior receso.
El desequilibrio institucional que sufrió el club por la renuncia de la comisión directiva que se desencadenó tras el descenso y el posterior (y tardío) acto eleccionario postergó muchas decisiones y todo eso se vio reflejado en el armado del equipo. Porque si bien Reinaldo Carlos Merlo apareció al día siguiente de la asunción de los actuales dirigentes, la conformación del plantel no fue del todo sencilla. Así y todo los dirigentes se las ingeniaron para concretar la llegada de muchos futbolistas, pero esa cantidad lejos estuvo de transformarse en calidad.
Aspecto técnico
En lo que al técnico se refiere aparece el primer punto de diferencia. Si bien Mostaza Merlo conocía la categoría (para muchos un tema fundamental), la había vivido desde adentro varios años atrás. En ese sentido Héctor Rivoira tiene un plus. Porque el Chulo sabe de qué se trata la cosa. Pero lo más importante es que viene dirigiendo al equipo desde hace varios meses (comenzó a trabajar el 27 de octubre y dirigió su primer partido el 8 de noviembre, ante Instituto, por la 13ª fecha).
Caras nuevas
Muchos fueron los jugadores que vivieron el descenso en carne propia y siguieron en el club, pero otros muchos llegaron como refuerzos. La mayoría no demostró estar a la altura de las circunstancias, amén de que varios de ellos no tuvieron la posibilidad de tener continuidad (Eduardo Aguirre, Charles Monsalvo, Roberto Guizasola, Sergio Rodríguez, Franco Peppino, por citar algunos nombres). Otros directamente nunca terminaron de afianzarse, como los casos de José Shaffer, Diego González y hasta Omar Zarif. Además, muchos de ellos llegaron a pocos días del inicio del torneo, con la imposibilidad de realizar una pretemporada acorde a las exigencias. En ese aspecto sobresale lo de Toledo, quien firmó el lunes 9 de agosto y con apenas un par de prácticas encima Merlo lo mandó a la cancha, el sábado 14. De todos ellos algunos dejaron el club (Monsalvo, Shaffer y Aguirre, más Alexis Danelón y Carioca Velázquez). Pero el grueso se quedó para que Rivoira pueda potenciar el actual plantel. Además de todos esos nombres, el técnico pudo contar con los futbolistas que solicitó. Primero fue Federico Vismara (llegó al club en medio de la primera rueda, pero sin la posibilidad de jugar), después Pirulo Rivarola y a los pocos días lo hizo Santiago Biglieri. Los tres realizaron la pretemporada en su totalidad, a excepción del ex Lanús, quien se sumó directamente en Mar del Plata.
Todos a punto
A aquel arranque con demasiadas incertidumbres y con jugadores buscando la puesta a punto física aún con el torneo empezado, se le sumó el tema de los lesionados. Porque el Kily González sufrió un desgarro en el sóleo izquierdo a una semana del debut ante San Martín de San Juan, mientras que Luciano Figueroa llegó con lo justo después de una ruptura microfibrilar en el isquiotibial. Jorge Broun fue otro de los que estuvo en duda por esos días. ¿Qué ocurre ahora? Si bien Diego Braghieri y Matías Ballini padecen molestias menores, los dos no correrían riesgos de cara al sábado.
La previa
Tantos fueron los contratiempos en el armado del equipo que hasta en los amistosos pueden marcarse sendas diferencias. Merlo pudo darle poco rodaje a su equipo por falta de nombres. Es más, cuando Guillermo Burdisso y Braghieri aún no habían resuelto su situación contractual y la dirigencia había ordenado marginarlos del plantel, Mostaza levantó un ensayo ante Tiro Federal porque no tenía prácticamente marcadores centrales. Hoy el actual cuerpo técnico puede jactarse, amén de lo que después se traslade a la cancha, de haber disputado cuatro amistosos, de los cuales empató uno y ganó los tres restantes.
Estos son apenas algunas de las diferencias entre un proceso y otro. Aquel fue más tumultuoso y con mayores obstáculos. Este más ordenado y con mejor panorama de futuro. Sólo que hace seis meses el canalla arrancaba de cero y ahora, con un mejor posicionamiento en varios puntos, lo hará remando desde atrás. A cinco puntos del segundo equipo que hoy estaría logrando el ascenso de manera directa.
LA CAPITAL
ROSARIO
El desequilibrio institucional que sufrió el club por la renuncia de la comisión directiva que se desencadenó tras el descenso y el posterior (y tardío) acto eleccionario postergó muchas decisiones y todo eso se vio reflejado en el armado del equipo. Porque si bien Reinaldo Carlos Merlo apareció al día siguiente de la asunción de los actuales dirigentes, la conformación del plantel no fue del todo sencilla. Así y todo los dirigentes se las ingeniaron para concretar la llegada de muchos futbolistas, pero esa cantidad lejos estuvo de transformarse en calidad.
Aspecto técnico
En lo que al técnico se refiere aparece el primer punto de diferencia. Si bien Mostaza Merlo conocía la categoría (para muchos un tema fundamental), la había vivido desde adentro varios años atrás. En ese sentido Héctor Rivoira tiene un plus. Porque el Chulo sabe de qué se trata la cosa. Pero lo más importante es que viene dirigiendo al equipo desde hace varios meses (comenzó a trabajar el 27 de octubre y dirigió su primer partido el 8 de noviembre, ante Instituto, por la 13ª fecha).
Caras nuevas
Muchos fueron los jugadores que vivieron el descenso en carne propia y siguieron en el club, pero otros muchos llegaron como refuerzos. La mayoría no demostró estar a la altura de las circunstancias, amén de que varios de ellos no tuvieron la posibilidad de tener continuidad (Eduardo Aguirre, Charles Monsalvo, Roberto Guizasola, Sergio Rodríguez, Franco Peppino, por citar algunos nombres). Otros directamente nunca terminaron de afianzarse, como los casos de José Shaffer, Diego González y hasta Omar Zarif. Además, muchos de ellos llegaron a pocos días del inicio del torneo, con la imposibilidad de realizar una pretemporada acorde a las exigencias. En ese aspecto sobresale lo de Toledo, quien firmó el lunes 9 de agosto y con apenas un par de prácticas encima Merlo lo mandó a la cancha, el sábado 14. De todos ellos algunos dejaron el club (Monsalvo, Shaffer y Aguirre, más Alexis Danelón y Carioca Velázquez). Pero el grueso se quedó para que Rivoira pueda potenciar el actual plantel. Además de todos esos nombres, el técnico pudo contar con los futbolistas que solicitó. Primero fue Federico Vismara (llegó al club en medio de la primera rueda, pero sin la posibilidad de jugar), después Pirulo Rivarola y a los pocos días lo hizo Santiago Biglieri. Los tres realizaron la pretemporada en su totalidad, a excepción del ex Lanús, quien se sumó directamente en Mar del Plata.
Todos a punto
A aquel arranque con demasiadas incertidumbres y con jugadores buscando la puesta a punto física aún con el torneo empezado, se le sumó el tema de los lesionados. Porque el Kily González sufrió un desgarro en el sóleo izquierdo a una semana del debut ante San Martín de San Juan, mientras que Luciano Figueroa llegó con lo justo después de una ruptura microfibrilar en el isquiotibial. Jorge Broun fue otro de los que estuvo en duda por esos días. ¿Qué ocurre ahora? Si bien Diego Braghieri y Matías Ballini padecen molestias menores, los dos no correrían riesgos de cara al sábado.
La previa
Tantos fueron los contratiempos en el armado del equipo que hasta en los amistosos pueden marcarse sendas diferencias. Merlo pudo darle poco rodaje a su equipo por falta de nombres. Es más, cuando Guillermo Burdisso y Braghieri aún no habían resuelto su situación contractual y la dirigencia había ordenado marginarlos del plantel, Mostaza levantó un ensayo ante Tiro Federal porque no tenía prácticamente marcadores centrales. Hoy el actual cuerpo técnico puede jactarse, amén de lo que después se traslade a la cancha, de haber disputado cuatro amistosos, de los cuales empató uno y ganó los tres restantes.
Estos son apenas algunas de las diferencias entre un proceso y otro. Aquel fue más tumultuoso y con mayores obstáculos. Este más ordenado y con mejor panorama de futuro. Sólo que hace seis meses el canalla arrancaba de cero y ahora, con un mejor posicionamiento en varios puntos, lo hará remando desde atrás. A cinco puntos del segundo equipo que hoy estaría logrando el ascenso de manera directa.
LA CAPITAL
ROSARIO
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