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Reportaje a Rodrigo Llinas, capitán e idolo bohemio: "Me costaría más terminar la relación con Atlanta que dejar el fútbol"


A días de entrar en la etapa final del campeonato, una charla íntima con Rodrigo Llinas, que cuenta la emoción y el orgullo que siente de pelear el campeonato con estos colores. Sus compañeros, el cuerpo técnico, la dirigencia, su rol de líder, el retiro y otros tantos temas en un reportaje sin desperdicios.

A fuerza de atajadas, salvadas, estiradas y revuelques, Rodrigo Llinas se convirtió en ídolo en el Club Atlético Atlanta.

Podría traerse aquí estadísticas, récords y números fríos que intenten dar cuenta de por qué este arquero santafecino de 35 años conquistó las gargantas de todos los bohemios que corean partido tras partido su nombre. Pero el lazo ya es emocional.

Rodrigo - así se lo conoce, por su nombre a secas - es respetado y adorado porque transmite la pasión de los hinchas. Se lo ve sufrir y alegrarse más de lo estrictamente profesional por los resultados del equipo, involucrarse con causas del club extra deportivas y caminar por Villa Crespo firmando autógrafos y sacándose fotos con hinchas y vecinos que lo reconocen y se asombran por su sencillez.

En el siguiente reportaje hay un ídolo sereno, conciente de lo que se viene y lo que está en juego. En una charla a fondo con la Secretaría de Prensa del Club Atlético Atlanta habla de lo que siente al pelar un ascenso con Atlanta, de sus compañeros, del cuerpo técnico, de los dirigentes, de los hinchas y la pasión. Un Rodrigo Llinas íntimo que no se ruboriza al decir que “cuando uno defiende lo que quiere, lo defiende mucho mejor que cuando le toca defenderlo por obligación”.

- Se viene la segunda parte del campeonato y Atlanta tiene la chapa de uno de los principales candidatos. ¿Cómo están los jugadores? ¿Cómo te sentís vos para lo que se viene?

- Yo veo que pese a estar en una posición en la que uno se puede llegar a tentar a la hora de trabajar de una forma distinta, al contrario nos hizo tener la humildad para llegar a la conclusión de que no se logró nada. Tenemos muchas charlas y reuniones grupales con el cuerpo técnico, con los dirigentes y entre nosotros solos, y nos mentalizamos que lo que se viene ahora es lo más importante. Personalmente yo me olvide de la tabla a la hora de trabajar, de dónde estamos ahora, de lo que significó este semestre para el club. Eso ya es pasado. Ahora son cuatro meses por la causa, por el objetivo. Los que estamos hace tiempo acá sabemos lo difícil que fue llegar a esto, y no lo podemos desperdiciar.

- ¿Cómo viviste la pretemporada en Necochea? ¿Sentís que fue positiva?

- La pretemporada la vi muy positiva. Yo calculo que todos los equipos habrán hecho aproximadamente lo mismo en lo físico, pero no creo que todos tengan lo que humanamente es Atlanta hoy. Cuando se presentó aquella vez al equipo en la sede social a principio de campeonato yo decía que todos tenemos que ser parte y participar de esto, desde los jugadores, el cuerpo técnico, los dirigentes hasta los periodistas, los plateistas, los que juntan el mango para ir a la popular, los utileros, los médicos, el tipo que limpia, todos. Esto hoy es así, se da que todos estamos tirando para el mismo lado. Quizás en otro momento no se podía porque se iban presentando otras dificultados en el club, pero se da que institucionalmente Atlanta respira un poco más, se lo ve más ordenado, y se puede enfocar al fútbol. Todo esto te alienta, te dan ganas de seguir, de que termine todo bien. Lo merece verdaderamente el club, la gente, más que los jugadores solamente. Lo merecemos todos por la lucha que se vino haciendo.

- ¿Puede ser que, además de lo que estás contando, la posición en la tabla sea el reflejo de la unión que tienen los jugadores como grupo?

- Es consecuencia de la continuidad de la mayoría de los jugadores. Armar un grupo de 30 personas y conocerse lleva más de un año. Nosotros algunos ya nos conocemos desde hace cuatro, otros hace tres y otros hace un poco menos. Pero mira los chicos que continuaron de Lanús, se adaptaron y hoy están sumamente integrados y todos tienen su participación. La continuidad de la base del equipo, es clave. Yo hice amigos acá, y en el fútbol eso no es tan común. Acá hay unión, compañerismo, podes contar que con el tipo que tenes al lado. No importa la edad ni la ideología, no importa si te toca jugar o ser suplente, a la hora de laburar, de entrar a la cancha, de dar una mano, este grupo está. Y eso no es fácil y no es tan común. Fue muy meritorio darle una continuidad al grupo que siguió trabajando. Tuvimos que integrar pocos chicos a un equipo ya formado.

- Y tu rol acá, en este plantel, es clave. Vos sos uno de los que hace más tiempo está, sos el referente, el capitán…

- A mi me toca, por edad y por trayectoria en el club, tomar un poco el rol de llevar el grupo por el buen camino. Lo que yo creo que me ha tocado hacer acá es que nadie siente diferencia, que todos participen. Fijate que acá no hay multas y los chicos respetan a los grandes y nosotros los respetamos a ellos. Nadie se impone. A mi me pasó de chico formar parte de planteles que me trataban mal, y era muy difícil. Eso era retroceder en el objetivo. Acá queremos que el chico que sube de inferiores o el que viene de afuera se sienta uno más y que se adapte para dar lo mejor. Cuando viene alguien como fue el caso ahora de Lucas (Sparapani) le contamos como nos manejamos, como charlamos, y hasta se sorprendió de lo bien que nos llevamos, de la armonía.

- Vos peleaste torneos y ascensos, pero nunca siendo el referente más importante del plantel, ¿Hay algo distinto en este rol que te toca ocupar?

- A mi me tocó pelear torneos siendo chico y tratando de aprender. Lo que he visto es que en algún otro equipo, los tipos que realmente era líderes o titulares hacían una diferencia con lo que no jugaban. Alguna vez siendo chico, yo manifesté alguna diferencia y me contestaron “vos igual no jugas”. Acá eso no es así. Tratamos de no hacer diferencia, son más importante lo que no juegan porque siempre están apoyando, y en algún momento les va a tocar. Nosotros hablamos, que nadie se caiga, y todos nos alentamos para que siempre estemos mejor. No te voy a negar, siento orgullo del lugar que ocupo, orgullo por los momentos difíciles que pasamos en este club. Estar en esta situación me reconforta mucho.

- Rodrigo Llinas es el jugador al que cualquier compañero busca a la hora de contarle cómo se siente, qué le pasa, charlar de fútbol, de impresiones y sensaciones. ¿Con quién habla Llinas cuando quiere descargarse?

- Mi señora es mi psicóloga un poco. A veces llego con mis problemas laborales y trato, en la medida que se pueda y sin que afecte a nadie, de hablarlo en la familia. Converso también mucho con los arqueros, por una cuestión de convivencia con ellos más que con el resto del grupo. Después cuando pasa algo en lo futbolístico o en lo grupal, tratamos siempre de hablar involucrando a todos. Tengo una relación muy linda con Nico Cherro, a quien mi señora dice que lo trato como un hermano menor, y con el negro (Carlos) Arancibia. Con ellos tratamos que todos estén cómodos para que todos triunfen.

- Te hago dos preguntas juntas: ¿Cómo ves a los chicos que suben de inferiores y cómo ves a los chicos que vienen de Lanús?

- Considero que hay una diferencia entre las inferiores de Lanús comparadas con las de Atlanta. Obviamente la diferencia está en los elementos y la estructura, que es una cuestión lógica por la categoría que hoy las instituciones ocupan. Por el lado de Atlanta, se está haciendo un trabajo muy lindo, va a costar algunos años empezar a sacar varios profesionales todas las temporadas, pero se viene mejorando bastante. A nivel humano, lo cual también es importante, vienen subiendo personas muy agradables, de mucho respeto. Y hay jugadores interesantes, el caso de Juan Galeano, Leandro Guzman, Martín Palisi que están a la par. Quizás hablo por encima de lo que a mi me corresponde, pero me gustaría que el día de mañana Atlanta pueda vender un jugador de inferiores por año, bien vendido y pueda ser eso el sostén del crecimiento. Y con respecto a los chicos de Lanús, el primer año a la mayoría, salvo los chicos que después renovaron, les costó mucho el cambio de categoría. Cuando nosotros hicimos la primera pretemporada con Claudio Nigretti en Mar del Plata, hicimos una reunión y yo expresé que esto era el ascenso y en algún momento se iban a tener que bañar con agua fría, se iban a tener que poner una media rota, que la pelota y la cancha no iban a ser las mejores, que lo tomen como un crecimiento y una experiencia que les iba a servir para volver a primera. Algunos chicos lo entendieron así y otros no, entonces se adaptaron algunos solamente y anduvieron bien solo unos pocos. Creo que los chicos que vinieron este año fueron hablando con los que renovaron y pudieron ver el primer año de experiencia. La adaptación fue espectacular, muchísimo más fácil y más rápida. Entendieron cómo venía la mano. Los chicos que renovaron por ejemplo son uno más, es impresionante, son parte del equipo y no piensan más en Lanús como en su casa. Hablan de Atlanta, de lo que quieren ganar acá ahora y después se verá. Se arremangan y entienden lo que es la categoría. Acá se ve que hay mucha falencia económica en lo personal de varios, y hay que ser muy compañeros todos. Cada uno tiene sus quilombos que trae de su vida, juntar el peso, construir su casa, pero por medio de un abrazo, de una palmada, tratamos de que todos se sientan bien, y eso la verdad es lindo y conmueve. Y a los chicos los reconforta. Los chicos de este plantel son todos buenísimos, con una linda mentalidad. Viendo los amistosos que jugamos, te digo que hay dos equipos parejos, no uno titular y otro suplente. Va a ser un problema lindo para el técnico porque todos estamos en buen nivel.

Hablando del técnico, ¿Cómo es la relación con Javier Alonso? Desde afuera se ve que él les da mucha libertad y que eso en este plantel sienta bien. Que ustedes se encuentran cómodos y que incluso se potencian…

- Para mi Javier fue de menos a más. Él de golpe, sin pensarlo quizás, le tocó asumir en uno de los equipos grandes del ascenso y no fue fácil. Se encontró con un grupo de gente que le brinda todo, y si hay libertades tampoco nos atribuimos cosas de más. Un día cuando las cosas no salían, tras perder con Defensores de Belgrano de visitante en el campeonato pasado, él vino y nos dijo “hasta acá llegue”, y los más grande le dijimos que necesitábamos que se quede, que la cosa se iba a levantar. A partir de ahí fue de menos a mas en lo profesional. En lo humano es impecable, él y todos sus colaboradores son gente muy buena, que entendieron también lo que era el club y la necesidad de estar donde estamos ahora. Para serte sincero, quizás en otro grupo, en otro equipo, se le hacía muchísimo más difícil. El futbolista casi siempre mira de arriba, pero a mi por ejemplo me da lo mismo que dirija Alex Ferguson o uno que viene de las inferiores, lo trato con el mismo respeto. Le hicimos saber que él puede sacar o poner a quien quiera, todos queremos jugar pero fijate que nadie hace ningún lío por las decisiones que se toman. Incorporó elementos, ganó carácter, dirige hombres y se hace valer. No es lo mismo inferiores que profesionales, y él se adaptó bien. Insisto el grupo tuvo mucho que ver porque le toco dirigir gente con la mayor predisposición. Hoy creo que él esta capacitado para dirigir cualquier equipo de la categoría, dio el paso más importante y esperemos que dentro de pocos meses consiga la máxima alegría.



- Hablamos de tus compañeros, del cuerpo técnico, ¿Cómo es tu relación con los dirigentes de Atlanta?

- En mi caso particular siempre he observado de reojo a los dirigentes por distintos desencantos que tuve a lo largo de mi carrera. Estuve en algunos clubes seis meses sin cobrar, me han hecho muchas cosas desagradables, la llegue a pasar mal en algunos lados. En Atlanta el primer año fue de conocimiento y ahí no tenía la relación que tengo ahora. La primera experiencia mía acá terminó mal porque el torneo no finalizó bien, y después por errores que yo he cometido y que ellos se han equivocado también en algunas cosas, pero rescato el reencuentro que tuvimos luego sabiendo que probablemente era lo mejor para Atlanta que a mi me toque volver a participar del grupo. Yo al principio me fui muy dolido de acá porque quería seguir estando, estaba cómodo, me dio bronca quedar afuera con Armenio. Hubo equivocaciones mías, cosas que no nos entendimos y bueno se dio mi salida. Para volver me acuerdo que lo llamé, estando en Almirante Brown, a Alejandro (Korz, el presidente del club bohemio) por el año nuevo judío, yo quería acercarme y bueno a partir de ahí empezamos a hablar y tratar de recomponer la relación. Me junte después con toda la Comisión Directiva , hablamos de lo que sucedió, se arregló mi vuelta luego de seis meses y a partir de ahí hubo un quiebre. La relación fue creciendo, hay mucho diálogo, yo le reconozco a esta dirigencia lo que ha hecho por el club. Viéndolo en estos años desde adentro uno va conociendo la historia más a fondo y sabe los malabares que se hicieron por Atlanta. Me han hecho sentir parte… yo me siento parte del club y de lo que ellos hacen. Todavía tenemos discusiones, obvio, porque yo represento a todos mis compañeros, pero nos podemos sentar y hablar, y siempre es para mejor. Ellos saben que me pueden decir lo que quieran, y yo siento que también puedo hacerlo. Somos las dos partes frontales, y tengo el espacio de plantear cosas que con otros dirigentes no me animaría a decirlas por el hecho de que son relaciones a veces más tirantes. Se podría decir que tengo una relación óptima, me llevo bien con todos.



- Me quedo con lo que decías de que vos viviste mucho en el club. Cuando llegaste, Atlanta estaba recuperando su sede social. En estos años se construyeron las nuevas tribunas, se habilitó la cancha y se regresó al barrio, se pagaron decenas de juicios que, como vos sabes, nos hacían dudar a todos de la viabilidad del proyecto, viviste la inauguración de la concentración, las mejoras de Celina, etc. ¿Qué te pasa a vos, como tipo que se identifica con el club, cuando ves todos estos cambios?

- El éxito deportivo es una consecuencia de todo esto. Siendo sincero, a mí me da orgullo todo esto que pasa en Atlanta, me pone muy contento. Siento que uno también algo hizo. Supongo que tendrá mucho más merito el tipo que deja a su familia o posterga su trabajo y se va a pintar una pared o a arreglar un juicio. Tiene mucho más merito que yo, que, al fin y al cabo, soy un tipo contratado. Me saco el sombrero por el tipo que lo hace por la pasión y por el sentimiento al club. Pero igual yo siento que lo mío es más que un contrato. Lo que hago, lo hago por un sentimiento al club, quiero que le vaya bien a Atlanta por Atlanta. Y cuando uno defiende lo que quiere, lo defiende mucho mejor que cuando le toca defenderlo por obligación. Cuando uno defiende algo que aprecia, que quiere, que le da valor, va más allá de todo.


- Sin poner plazos, y esperando que sea dentro de mucho, cuando vos pensas en tu retiro, ¿Qué te ves haciendo? ¿Algo cerca de Atlanta por ejemplo?

- A esta edad, que el plazo lo pone Dios, uno sueña. Yo trato de disfrutar. Hoy me siento futbolista, y trato de no ver más allá de esto. Igualmente uno sueña. A mi me costaría más terminar la relación con el club que dejar el fútbol. Como me fui metiendo y vi el crecimiento, yo quiero ayudar a Atlanta. Hoy el mejor lugar que lo puedo ayudar es en la cancha, quizás en otro momento la mejor manera sea otra y me toque participar en lo que el club me necesite. Los plazos por ahora no los pongo yo, mientras pueda ayudar en la cancha lo voy a seguir haciendo.

- Gracias Rodrigo por el tiempo de la nota y, sobre todo, por el compromiso.

- Un gusto y esperemos que todo salga bien en lo que se viene.

PRENSA ATLANTA

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