El “Celeste” no para de brindarle alegría a sus hinchas. Ésta vez, venció de visitante a Talleres de Remedios de Escalada y continúa en la cima de la tabla de posiciones con puntaje ideal.
Quienes realizamos tareas periodísticas, debemos comprometernos, en este caso, con nuestros lectores. Por ello, tenemos la obligación de ser responsables a la hora de transcribir los calificativos. Decimos esto, porque, en este momento, se nos vienen a la mente muchísimos elogios. Lo cual no está mal que esto nos suceda. En definitiva, desarrollamos una actividad relacionada con la selección, clasificación y elaboración de la información que se transmite a través de los medios de comunicación de masas. Y es ineludible desconectarnos de los sentimientos. Pero queremos ser cautos. Aunque no podemos ocultar la alegría.
Liniers exhibió en Remedios de Escalada su habitual jerarquía. Ese sello distintivo que el cuerpo técnico le infundió a los jugadores y que los hizo merecedores del último ascenso. Liniers no abandonó su estilo. No hizo falta recurrir al conservadorismo, a timoratos planteos defensivos o a esperar los errores del rival para lograr un éxito deportivo. Por el contrario, salió a jugarle de igual a igual a un equipo que, a nuestro entender, es el máximo candidato al título de campeón.
El Liniers de los primeros cuarenta y cinco minutos se pareció al que estamos acostumbrados a ver: recuperó, tocó, avanzó. Y, a los 16 minutos, Juan Brunetti envió la pelota al fondo de la red, tras una excelente maniobra entre Román Gnocchi, Silvio Fuentes y Luis Stansiola. Talleres sintió el impacto e intentó reaccionar pronto. Pero el elenco de Villegas continuó con su firme convicción de no renunciar al juego. Atrás no hubo problemas. Oscar Romero precintó la defensa, la aisló de cualquier intento del rival. En esa etapa, el conjunto “tallarín” sólo inquietó con un remate cruzado de Fernando Screpis que se fue muy cerca de uno de los palos. En el comienzo de la segunda parte, Talleres fue el que tomó la iniciativa. Los volantes subieron con mucha más confianza. Mariano Lutzky y Ezequiel Cérica ya no estuvieron tan solos. Y Liniers retrocedió unos metros peligrosamente. No obstante, la primera situación clara de gol estuvo en los pies de Román Gnocchi, pero Daniel Saranzotti tapó el disparo en un espectacular mano a mano. De todas maneras, con el correr de los minutos fue agigantándose la figura de Marcos Fernández, que envió al corner un formidable tiro libre ejecutado por Raúl Pérez. También Ángel López fue fundamental. Estuvo muy atento y demostró su eficacia al obstruir sendos remates de Ezequiel Cérica que tenían destino de red. Pero, a dos minutos del final Ariel Figueroa derribó a Marcos Doracio y Yamil Possi, correctamente, señaló el punto penal. Y otra vez Marcos Fernández se convirtió en figura. Remate cruzado de Raúl “Dudy” Pérez y notable intuición del arquero “Celeste” para sostener la victoria. No quedó mucho más. Enseguida el pitazo final y la algarabía invadió a los heroicos muchachos del “Celeste” de Villegas que concretaron un importantísimo triunfo. Pese a todo, Talleres perdió dignamente. Como un grande. Liniers, por su parte, evidenció respuestas como para seguir ilusionándose. No está mal. Sin embargo, en el plantel reina la mesura. Nosotros también somos prudentes. Aunque no podemos ocultar la alegría.
HÉCTOR QUATRIDA
RUMORES DEL ASCENSO
Quienes realizamos tareas periodísticas, debemos comprometernos, en este caso, con nuestros lectores. Por ello, tenemos la obligación de ser responsables a la hora de transcribir los calificativos. Decimos esto, porque, en este momento, se nos vienen a la mente muchísimos elogios. Lo cual no está mal que esto nos suceda. En definitiva, desarrollamos una actividad relacionada con la selección, clasificación y elaboración de la información que se transmite a través de los medios de comunicación de masas. Y es ineludible desconectarnos de los sentimientos. Pero queremos ser cautos. Aunque no podemos ocultar la alegría.
Liniers exhibió en Remedios de Escalada su habitual jerarquía. Ese sello distintivo que el cuerpo técnico le infundió a los jugadores y que los hizo merecedores del último ascenso. Liniers no abandonó su estilo. No hizo falta recurrir al conservadorismo, a timoratos planteos defensivos o a esperar los errores del rival para lograr un éxito deportivo. Por el contrario, salió a jugarle de igual a igual a un equipo que, a nuestro entender, es el máximo candidato al título de campeón.
El Liniers de los primeros cuarenta y cinco minutos se pareció al que estamos acostumbrados a ver: recuperó, tocó, avanzó. Y, a los 16 minutos, Juan Brunetti envió la pelota al fondo de la red, tras una excelente maniobra entre Román Gnocchi, Silvio Fuentes y Luis Stansiola. Talleres sintió el impacto e intentó reaccionar pronto. Pero el elenco de Villegas continuó con su firme convicción de no renunciar al juego. Atrás no hubo problemas. Oscar Romero precintó la defensa, la aisló de cualquier intento del rival. En esa etapa, el conjunto “tallarín” sólo inquietó con un remate cruzado de Fernando Screpis que se fue muy cerca de uno de los palos. En el comienzo de la segunda parte, Talleres fue el que tomó la iniciativa. Los volantes subieron con mucha más confianza. Mariano Lutzky y Ezequiel Cérica ya no estuvieron tan solos. Y Liniers retrocedió unos metros peligrosamente. No obstante, la primera situación clara de gol estuvo en los pies de Román Gnocchi, pero Daniel Saranzotti tapó el disparo en un espectacular mano a mano. De todas maneras, con el correr de los minutos fue agigantándose la figura de Marcos Fernández, que envió al corner un formidable tiro libre ejecutado por Raúl Pérez. También Ángel López fue fundamental. Estuvo muy atento y demostró su eficacia al obstruir sendos remates de Ezequiel Cérica que tenían destino de red. Pero, a dos minutos del final Ariel Figueroa derribó a Marcos Doracio y Yamil Possi, correctamente, señaló el punto penal. Y otra vez Marcos Fernández se convirtió en figura. Remate cruzado de Raúl “Dudy” Pérez y notable intuición del arquero “Celeste” para sostener la victoria. No quedó mucho más. Enseguida el pitazo final y la algarabía invadió a los heroicos muchachos del “Celeste” de Villegas que concretaron un importantísimo triunfo. Pese a todo, Talleres perdió dignamente. Como un grande. Liniers, por su parte, evidenció respuestas como para seguir ilusionándose. No está mal. Sin embargo, en el plantel reina la mesura. Nosotros también somos prudentes. Aunque no podemos ocultar la alegría.
HÉCTOR QUATRIDA
RUMORES DEL ASCENSO
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