Y sí señores. El “Celeste” no para de festejar. Al cabo de dos fechas en su vuelta a la “C”, Liniers se despachó con otra convincente victoria. Ésta vez, la víctima fue Fénix. Un rival que había postergado el ascenso de la “Topadora” a dicha categoría en épocas pasadas. De ahí viene lo de revancha. O venganza. O como prefiera llamarlo. Que el hincha lo viva de la manera que desee.
Pero lo cierto, es que, ésta es otra historia. El presente de Liniers es mucho más satisfactorio que el de la entidad de Pilar. Y esto, no se debe solamente al resultado obtenido. Se debe, pues, al progreso que evidencia el club día a día a nivel institucional. También hay, naturalmente, otros aspectos dignos de ser mencionados. En el plano futbolístico, este equipo continúa demostrando calidad y pujanza. Expone garra en el momento señalado. Y, una vez más, lo llevó a cabo en este segundo encuentro ratificando su potencialidad, exhibida de manera rotunda.
Al conjunto dirigido por Osvaldo Ruggero le alcanzó con los cuarenta y cinco minutos iniciales para quebrantar a su adversario. En ese lapso, la “Topadora” sacó ventaja de dos goles que fue definitiva. Al igual que la semana pasada ante San Miguel, los primeros veinte minutos fueron de estudio. Fénix intentó ser punzante. A partir de lo que podía proponer Gabriel Alderete estaban puestas sus esperanzas. Pero el hábil volante, de criterioso manejo, no contó con los socios adecuados para asumir el protagonismo del cotejo. En cambio, Liniers fue todo lo contrario. Un equipo compuesto de valores esenciales: figuras de calidad individual y acción efectiva de conjunto. Sumado al estupendo estado atlético de sus integrantes.
La apertura del marcador llegó a los 24 minutos con un espléndido remate de Román Gnocchi de afuera del área. A partir de ese momento, el “Celeste” controló el partido. La reacción de la visita no fructificó, porque al buen desempeño de la defensa local se unía la actuación imprecisa de los atacantes del “Cuervo”. No obstante, Ángel Ríos contó con una chance inmejorable (la única del partido) para igualar el encuentro: una habilitación de Alderete para Belleri fue interceptada por Ariel Figueroa, el rebote le quedó a Ríos, y el centrodelantero ensayó un potente remate de zurda que Marcos Fernández tapó brillantemente. De todas maneras, el juego continuó localizándose en el campo visitante. Y enseguida llegó el golpe de nocaut para Fénix. Se cumplía el minuto 43 y Liniers tenía un corner a su favor. Daniel Casais se encargó de la ejecución, Román Gnocchi colocó un certero cabezazo al punto penal y luego de un rebote, el debutante Ariel Figueroa selló el resultado. La ventaja de dos goles fue demasiado para el elenco visitante. Aunque salieron presionando en el arranque del complemento, siguieron ofreciendo puntos vulnerables. A través de todo este período se agigantó la figura de Oscar Romero. Que contó además con la colaboración eficiente de todos sus compañeros. Y, por si ello fuera poco, los ingresos de Ernesto Banegas y Nilo Vigna le dieron más aire al mediocampo. Corrieron también a prestar su apoyo a la defensa para transportar desde allí el juego hasta el otro campo. En consecuencia, siempre jugó mejor Liniers, más completo, sin un solo punto flojo. Hasta el último minuto se jugó con intensidad y con vigor. Por ello, el aplauso unánime de los simpatizantes, que en todo triunfo futbolístico asume proporciones de protagonista.
Se sabe que el próximo compromiso no será nada sencillo. Aunque, se sabe también, que este plantel posee la entereza para afrontarlo.
HÉCTOR QUATRIDA
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