Tristan suarez| una locura en el predio de villa fraccia
La barra, esta vez, en lugar de alentar como siempre, cruzó la raya hacia lo violento.
Fabian Rodriguez Frodriguez@ole.com.ar Diego Bever Dbever@ole.com.ar
Los barras fueron a la práctica y amenazaron al plantel profesional con tres disparos.
Lo más raro que se podía esperar pasó. Y la impunidad sembró el terror en Ezeiza. Es que en el entrenamiento de ayer de Tristán Suárez, en el predio que tiene el club en Villa Fraccia, irrumpieron alrededor de 15 barras amenazando a punta de pistola a los integrantes del plantel lechero que se encontraba haciendo trabajos regenerativos. La bronca más grande viene por el lado de los resultados negativos del equipo (lleva seis sin ganar, con cuatro empates y dos derrotas), pero el mayor enojo es, según fuentes del club, con los referentes del plantel profesional, entre los que se encuentran los dos más buscados: Albano Anconetani y Gonzalo Peralta. Además este hecho totalmente repudiable se suma al apriete a Luciano Goux y al ataque al auto de Marcos Giménez, ambos tras la derrota 1-3 ante Temperley del pasado sábado.
Todavía no hay ninguna denuncia radicada aunque la cosa pasó a Futbolistas Agremiados, desde el cual confiaron a Olé que apoyarán a los jugadores en todo sentido y que esta tarde se reunirán con los integrantes del plantel. Es descabellada la manera en que los barras se acercaron a la práctica al mando del apodado Karma, un hombre caracterizado de la banda de Suárez. Es más, habrían tenido un intercambio de palabras con Anconetani, por lo que uno de ellos sacó un revólver (hubo dos más) y efectuó tres disparos al piso para amedrentar a los presentes y causar temor. Además, cabe destacar que el que pudo parar la situación fue el Flaco Oscar Martínez, DT de Tristán, quien intercedió y disipó a los violentos. Así como en los últimos tiempos pasó en San Miguel, Sacachispas y El Porvenir, los barras de Tristán hicieron lo que quisieron.
Este no fue el único capítulo de la movida mañana. Los barras se metieron a los vestuarios, de los que se llevaron varios pares de botines y zapatillas de algunos juveniles, y se retiraron impunemente. Una de las cosas más increíbles es que en la práctica se encontraban algunos dirigentes presentes y hasta el vicepresidente Oscar Vergara, quien quedó al mando del club mientras el presi Gastón Granados está de luna de miel.
Así las cosas, el plantel de Suárez tomó la determinación de no volver a entrenarse hasta que se resuelva la situación y reciba el respaldo de la seguridad necesaria para hacerlo. Uno de los máximos implicados, el arquero Anconetani, le dijo a Olé a través de un mensaje de texto: “La verdad es que estoy mal, no quiero hablar hasta que se resuelva el tema, pero lo que puedo asegurar es que me voy de Tristán Suárez, así que me buscaré otro club”.
OLÉ
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