LINIERS 3 GENERAL LAMADRID 4
Al mismo tiempo que Liniers sigue dando que hablar por su excelente campaña y sus triunfos convincentes, General Lamadrid se sumó al privilegiado lote de equipos que dignifican este deporte. Esta mención le corresponde no sólo por haber derrotado al puntero del campeonato en su casa, sino porque además lo hizo de gran manera. Con una enorme determinación, mostrándose indisoluble, aún en la adversidad, ya que estuvo dos veces en desventaja. Por momentos, el elenco visitante se pareció a Liniers. Al que estamos acostumbrados a ver. Al que toma la lanza y va hacia al frente en cualquier cancha que le toque jugar. Poniéndose la “pilcha” de protagonista. Y no es que el “Celeste” en esta oportunidad haya cambiado su libreto. De ninguna manera. Nunca dejó de lado sus ideas. Sólo que ayer fue el “Carcelero” el conjunto que evidenció mayor lucidez.
Liniers comenzó ganando con el tempranero gol de Juan Brunetti de cabeza, tras una pelota bien colocada por Román Gnocchi. Pero Lamadrid, que ya había avisado con un remate de Lezcano al comienzo, logró igualarlo pronto a través de Nicolás Pizarro. Un minuto después, Gnocchi pudo haber desnivelado, pero por centímetros el balón no ingresó en el arco. Cuando quedaban segundos para la finalización de la etapa inicial, advertimos, desde nuestra posición, que hubo una falta de Ángel López (ya estaba amonestado) sobre Gastón Lezcano dentro del área. Luego, el árbitro, que estaba mejor ubicado, nos corroboró que la falta no existió. En el complemento, se vivieron momentos de gran vértigo, de ida y vuelta constante. Antes de que se cumpliese el primer minuto, otra vez Brunetti de cabeza colocó en ventaja a la “Topadora”. Parecía la tarde soñada. No sólo para el goleador de Liniers, sino también para el equipo. Dos goles al comienzo de cada etapa en un encuentro cuyo desarrollo casi nunca le fue favorable a los dirigidos por Osvaldo Ruggero. Como consecuencia, puede afirmarse que se cometieron desacoples defensivos. Pero todo fue producto de ese permanente ir para adelante que caracterizó a Liniers desde hace tiempo. Así fue que a los 13 minutos llegó la igualdad en el marcador: pelota robada en mitad de cancha por Gastón Lezcano (de estupenda labor) y posterior definición del recién ingresado Gustavo Lanaro. Liniers no asimiló bien el golpe y al conjunto de Villa Devoto se le facilitaron las cosas. Marcos Fernández evitó el gol en dos oportunidades ante sendos remates de Lanaro y luego Lezcano (éste último mano a mano). Pero no pudo impedir el tercer tanto del “Carcelero” señalado por Nicolás Pizarro cuando se cumplían 33 minutos. A los 36, nuevamente Marcos Fernández apareció en escena conteniendo un cabezazo de pique al suelo de Lanaro. Aunque a los 41, Héctor Santillán de tiro libre estiró la ventaja y le dio a Lamadrid la tranquilidad necesaria para salir victorioso. Si bien, Román Gnocchi descontó cuando se cumplió el tiempo reglamentario, no alcanzó para lograr la hazaña de obtener el empate. Que, por lo visto en los noventa minutos, hubiese sido demasiado premio. En la última acción de riesgo del cotejo, Maximiliano Portillo fue expulsado por cometerle una infracción a Gastón Lezcano en una jugada de último recurso. Y con esa maniobra se diluyó el encuentro.
Realmente es una lástima que las cosas hayan sucedido así. Porque el equipo, definitivamente asentado, venía con producciones en ascenso. Un resultado adverso en un partido muy especial, que debe ser apenas una piedra en el camino. Aunque no se dieron las cosas de la manera deseada, se mantuvo la convicción de ser protagonista y creer en un fútbol absolutamente ofensivo. Por encima de la bronca ocasional, hay una campaña en ascenso que puede llevar a otro logro importante. A pesar de esta derrota, los aplausos del final son la garantía de que al equipo no le faltará empuje desde afuera.
GOLES: PT 4m. Brunetti (L), de cabeza y 23m. Pizarro (GL); ST 18seg. Brunetti (L), de cabeza, 13m. Lanaro (GL), 33m. Pizarro (GL), 41m. Santillán (GL), de tiro libre y 45m. Gnocchi (L).
EXPULSADO: ST 46m. Portillo (L), por cometer infracción siendo último recurso.
CANCHA: Liniers (muy buena)
ARBITRO: Ángel Bracco (5), regular.
PÚBLICO: 300
Jugado el sábado 23 de octubre de 2010.
HÉCTOR QUATRIDA
Al mismo tiempo que Liniers sigue dando que hablar por su excelente campaña y sus triunfos convincentes, General Lamadrid se sumó al privilegiado lote de equipos que dignifican este deporte. Esta mención le corresponde no sólo por haber derrotado al puntero del campeonato en su casa, sino porque además lo hizo de gran manera. Con una enorme determinación, mostrándose indisoluble, aún en la adversidad, ya que estuvo dos veces en desventaja. Por momentos, el elenco visitante se pareció a Liniers. Al que estamos acostumbrados a ver. Al que toma la lanza y va hacia al frente en cualquier cancha que le toque jugar. Poniéndose la “pilcha” de protagonista. Y no es que el “Celeste” en esta oportunidad haya cambiado su libreto. De ninguna manera. Nunca dejó de lado sus ideas. Sólo que ayer fue el “Carcelero” el conjunto que evidenció mayor lucidez.
Liniers comenzó ganando con el tempranero gol de Juan Brunetti de cabeza, tras una pelota bien colocada por Román Gnocchi. Pero Lamadrid, que ya había avisado con un remate de Lezcano al comienzo, logró igualarlo pronto a través de Nicolás Pizarro. Un minuto después, Gnocchi pudo haber desnivelado, pero por centímetros el balón no ingresó en el arco. Cuando quedaban segundos para la finalización de la etapa inicial, advertimos, desde nuestra posición, que hubo una falta de Ángel López (ya estaba amonestado) sobre Gastón Lezcano dentro del área. Luego, el árbitro, que estaba mejor ubicado, nos corroboró que la falta no existió. En el complemento, se vivieron momentos de gran vértigo, de ida y vuelta constante. Antes de que se cumpliese el primer minuto, otra vez Brunetti de cabeza colocó en ventaja a la “Topadora”. Parecía la tarde soñada. No sólo para el goleador de Liniers, sino también para el equipo. Dos goles al comienzo de cada etapa en un encuentro cuyo desarrollo casi nunca le fue favorable a los dirigidos por Osvaldo Ruggero. Como consecuencia, puede afirmarse que se cometieron desacoples defensivos. Pero todo fue producto de ese permanente ir para adelante que caracterizó a Liniers desde hace tiempo. Así fue que a los 13 minutos llegó la igualdad en el marcador: pelota robada en mitad de cancha por Gastón Lezcano (de estupenda labor) y posterior definición del recién ingresado Gustavo Lanaro. Liniers no asimiló bien el golpe y al conjunto de Villa Devoto se le facilitaron las cosas. Marcos Fernández evitó el gol en dos oportunidades ante sendos remates de Lanaro y luego Lezcano (éste último mano a mano). Pero no pudo impedir el tercer tanto del “Carcelero” señalado por Nicolás Pizarro cuando se cumplían 33 minutos. A los 36, nuevamente Marcos Fernández apareció en escena conteniendo un cabezazo de pique al suelo de Lanaro. Aunque a los 41, Héctor Santillán de tiro libre estiró la ventaja y le dio a Lamadrid la tranquilidad necesaria para salir victorioso. Si bien, Román Gnocchi descontó cuando se cumplió el tiempo reglamentario, no alcanzó para lograr la hazaña de obtener el empate. Que, por lo visto en los noventa minutos, hubiese sido demasiado premio. En la última acción de riesgo del cotejo, Maximiliano Portillo fue expulsado por cometerle una infracción a Gastón Lezcano en una jugada de último recurso. Y con esa maniobra se diluyó el encuentro.
Realmente es una lástima que las cosas hayan sucedido así. Porque el equipo, definitivamente asentado, venía con producciones en ascenso. Un resultado adverso en un partido muy especial, que debe ser apenas una piedra en el camino. Aunque no se dieron las cosas de la manera deseada, se mantuvo la convicción de ser protagonista y creer en un fútbol absolutamente ofensivo. Por encima de la bronca ocasional, hay una campaña en ascenso que puede llevar a otro logro importante. A pesar de esta derrota, los aplausos del final son la garantía de que al equipo no le faltará empuje desde afuera.
GOLES: PT 4m. Brunetti (L), de cabeza y 23m. Pizarro (GL); ST 18seg. Brunetti (L), de cabeza, 13m. Lanaro (GL), 33m. Pizarro (GL), 41m. Santillán (GL), de tiro libre y 45m. Gnocchi (L).
EXPULSADO: ST 46m. Portillo (L), por cometer infracción siendo último recurso.
CANCHA: Liniers (muy buena)
ARBITRO: Ángel Bracco (5), regular.
PÚBLICO: 300
Jugado el sábado 23 de octubre de 2010.
HÉCTOR QUATRIDA
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