No jugó bien. Eso es innegable. Se mostró demasiado contenido para atacar. Como si estuviese predeterminado a dejar en pardas el tablero como el gran negocio en Bahía Blanca. Se tiró atrás, especialmente después que había logrado el empate en el complemento y quedaba la recta final del partido. Y terminó perdiendo. Casi como si fuera un castigo. Porque Olimpo de Bahía Blanca, que terminó ganando 3 a 1, no dejó en claro que es más equipo que este San Martín que coquetea con la punta de la B Nacional. Sólo le ganó porque se animó más. No porque fue superior en fútbol.
El equipo de Hrabina no brilla. Tampoco enceguece con un juego preciosista. Pero gana porque es efectivo. Como por ejemplo lo hizo la semana pasada ante Gimnasia de Jujuy. Categóricamente. Como sacando chapa de candidato a luchar por uno de los ascensos hasta el final.
Pero ayer pareció ser demasiado respetuoso de la situación. Por lo menos en determinados momentos. Por ejemplo en el inicio, cuando después de dejar que el local se venga lo podría haber dañado con el contragolpe. Pero el Verdinegro estuvo peleado con la pelota. Le faltó inteligencia para aprovechar los espacios y frialdad para meter la estocada.
El primer tiempo fue equilibrado en el juego. Con permanentes imprecisiones de los dos. Y con recelo en las marcas. Es cierto que Olimpo tuvo más la pelota pero el Verdinegro luchó y emparejó. Pero hubo un momento de inflexión que el equipo sanjuanino no tendría que haber dejado que se produjera. Martín Rolle, se sabe, le pega, y bien, de afuera. Y a los 35' el enganche, sin marcas, tiró fuerte y abrió el marcador.
En el complemento el trámite fue cambiando. San Martín se animó más. Hrabina dejó una línea de tres en el fondo y San Martín fue por el empate. Y llegó al 1-1 por decantación. Simplemente porque se lo propuso. Fue a los 24' cuando el arquero Tombolini no supo contener un tiro libre de Becerra y Stang la mandó al gol. Pero, vaya paradoja, con la igualdad conseguida, otra vez el Verdinegro se replegó demasiado. Ni siquiera aprovechó el descontrol de un rival confundido. Tocado. En una palabra, le perdonó la vida.
Y, después, le terminó pasando lo peor. Porque Olimpo se volvió a encontrar con un gol desde lejos (otra vez de Rolle, a los 32') por un segundo de duda de la defensa sanjuanina y del arquero Pocrnjic. Entonces San Martín salió como un león desesperado. Dominó estratégicamente la situación porque es más equipo que Olimpo y tuvo sus chances. Pero ya no hubo caso. Ni siquiera con un jugador de más por expulsión de Brum. Y, sobre el final, llegó aquel gol de Gómez que sólo sirvió para las estadísticas.
El Verdinegro no jugó bien. No fue ni su sombra. Le faltó carácter para hacer valer aunque sea el empate. Terminó respetando en los momentos cumbres a un rival que no es un dechado de virtudes. Tendrá que hacerse más atrevido si quiere soñar. Algo así como lo es en Concepción, donde muestra otra cara.
El equipo de Hrabina no brilla. Tampoco enceguece con un juego preciosista. Pero gana porque es efectivo. Como por ejemplo lo hizo la semana pasada ante Gimnasia de Jujuy. Categóricamente. Como sacando chapa de candidato a luchar por uno de los ascensos hasta el final.
Pero ayer pareció ser demasiado respetuoso de la situación. Por lo menos en determinados momentos. Por ejemplo en el inicio, cuando después de dejar que el local se venga lo podría haber dañado con el contragolpe. Pero el Verdinegro estuvo peleado con la pelota. Le faltó inteligencia para aprovechar los espacios y frialdad para meter la estocada.
El primer tiempo fue equilibrado en el juego. Con permanentes imprecisiones de los dos. Y con recelo en las marcas. Es cierto que Olimpo tuvo más la pelota pero el Verdinegro luchó y emparejó. Pero hubo un momento de inflexión que el equipo sanjuanino no tendría que haber dejado que se produjera. Martín Rolle, se sabe, le pega, y bien, de afuera. Y a los 35' el enganche, sin marcas, tiró fuerte y abrió el marcador.
En el complemento el trámite fue cambiando. San Martín se animó más. Hrabina dejó una línea de tres en el fondo y San Martín fue por el empate. Y llegó al 1-1 por decantación. Simplemente porque se lo propuso. Fue a los 24' cuando el arquero Tombolini no supo contener un tiro libre de Becerra y Stang la mandó al gol. Pero, vaya paradoja, con la igualdad conseguida, otra vez el Verdinegro se replegó demasiado. Ni siquiera aprovechó el descontrol de un rival confundido. Tocado. En una palabra, le perdonó la vida.
Y, después, le terminó pasando lo peor. Porque Olimpo se volvió a encontrar con un gol desde lejos (otra vez de Rolle, a los 32') por un segundo de duda de la defensa sanjuanina y del arquero Pocrnjic. Entonces San Martín salió como un león desesperado. Dominó estratégicamente la situación porque es más equipo que Olimpo y tuvo sus chances. Pero ya no hubo caso. Ni siquiera con un jugador de más por expulsión de Brum. Y, sobre el final, llegó aquel gol de Gómez que sólo sirvió para las estadísticas.
El Verdinegro no jugó bien. No fue ni su sombra. Le faltó carácter para hacer valer aunque sea el empate. Terminó respetando en los momentos cumbres a un rival que no es un dechado de virtudes. Tendrá que hacerse más atrevido si quiere soñar. Algo así como lo es en Concepción, donde muestra otra cara.
SIN LA PUNTA. Damián Santín le gana en la alturas a Luis Tonelotto. Fue uno de los esporádicos ataques de San Martín en el primer tiempo. El Verdinegro respetó más de la cuenta a los bahienses y se vino con las manos vacías. |
El dato |
El próximo partido de San Martín será el domingo venidero, en el estadio "Hilario Sánchez" de Concepción. El Verdinegro recibirá a All Boys, que ayer le ganó a Rafaela. El juego comenzará a las 17.30. DIARIO DE CUYO |
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