Hasta siempre. Hrabina se fue ayer por la tarde del club, luego de despedirse de sus ex dirigidos. Lo acompaña su ayudante de campo, Julio Gaona, quien saluda al secretario, "Pelusa' Ortega. Atrás, Antuña y Slavutzqui los miran. El Ruso y el tesorero cortaron su relación tras el partido con Quilmes.
ESCENARIO
La relación entre Hrabina y algunos dirigentes se rompió en base a los últimos malos resultados. Le cuestionaban los planteos.
GERARDO ALANIZ
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Ayer el presidente Jorge Miadosqui le comunicó a Enrique Hrabina que su ciclo llegaba al final. Ese fue el último eslabón de una relación que fue mutando a medida que el equipo perdía la gran ventaja con que terminó el año pasado, que trepó hasta los ocho puntos sobre su escolta de entonces, Olimpo. Por eso, lentamente, al Ruso los dirigentes dejaron de darles ciertos pedidos. El tema táctico y la supuesta falta de audacia en los planteos del entrenador fueron otro punto fuerte en la determinación. De hecho, después del partido ante Quilmes, la relación entre Quique y el tesorero Adolfo Antuña, se cortó. Algo que no es menor teniendo en cuenta el poder del experimentado dirigente.
Por Concepción más de uno comenta que la alarma de qué algo no andaba en este San Martín 2010 se encendió post empate ante Belgrano, luego de ir dos goles en ventaja ya en el complemento. Después vino el tropezón en Corrientes ante Boca Unidos, con una actitud de los jugadores que motivó más de un sermón. Incluso esa tarde y tras la caída, Miadosqui se llamó a silencio para no hablar en caliente. Un detalle no menor es que para ese viaje y a pedido de Hrabina, los dirigentes gastaron 75 mil pesos en la expedición Corrientes, tomando dos vuelos para ir y otro par para regresar. Ante la escasa actitud de los futbolistas, se le bajó el pulgar a otro pedido similar.
Desde ese momento, empezó el efecto dominó. Hubo reunión de los popes: primero con el cuerpo técnico y después con los tres capitanes (Tonelotto, Damiani y Pocrnjic). En la semana previa a jugar con Merlo en Concepción sonó más fuerte que nunca la chance de un contacto con un ex entrenador de San Martín. El Ruso, ya con el 3-0 a su favor, empezó una serie de frases más que desafiantes: "Por ahí alguien me quiso echar, pese a que estamos primeros", tiró filoso.
El empate con Aldosivi, por entonces sumergido en las últimas posiciones, lanzó definitivamente el debate de los supuestos planteos poco ambiciosos de Hrabina fuera del Hilario Sánchez. Llegó la caída con Quilmes de local y el quiebre entre el Ruso y Antuña. "Si no salimos a ganar de entrada, es más difícil", cuestionó el directivo. Sus dichos no fueron pasados por alto por el ex zaguero quien le pidió explicaciones dos días después. Al compás de Antuña, otros integrantes de la Comisión Directiva comenzaron a ver escasa audacia en Hrabina.
Con el antecedente fresco de Corrientes, hubo que ir a Rafaela y Jujuy en dos tandas pese a los partidos estar separados por seis días. Siempre en colectivo. Hrabina lo tomó como un mensaje más que claro que sus pedidos, ya no eran órdenes. Otro punto claro de que la relación se iba quebrando fue que ningún dirigente de relevancia acompañó a la delegación en esas salidas.
Tras la vuelta de Jujuy y con el 3-2 agónico para el Lobo, Miadosqui salió a respaldar al DT aunque con el pedido de "no hacer futurismo más allá de Olimpo". "Si no gana, no sigue", retumbó en la previa del choque del lunes. Tras el 1-1, y ayer al mediodía esa frase se hizo realidad.
DIARIO DE CUYO
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