La ira pasional le ganó a la racionalidad. Parte de la masa auriazul estalló de impotencia cuando la sentencia condenó sin piedad al equipo del corazón al descenso. El vandalismo cobró vida e hizo añicos gran parte de las instalaciones del dolorido Gigante. El escenario terminó siendo caótico. Hubo dos decenas de heridos, ya sean simpatizantes anfitriones como efectivos policiales. Mientras que otros hinchas canallas hicieron implosión y dejaron desprender sus lágrimas sin barreras, ya sea de sus lugares en las tribunas o en el momento de pegar la vuelta más dolorosa al pago. Lo hicieron en silencio y como pidiendo una explicación que nunca llegará. Arroyito fue un mar de sufrimiento y quedó hecho trizas por la barbarie.
"Hicieron un desastre. Esto es caótico. Hay muchos daños materiales", graficó una fuente policial sobre la ráfaga violenta que sacudió con su furia al Gigante.
La tarde pintaba tormentosa, pero desde el punto de vista climático. Aunque a medida que el tiempo fue avanzando y los goles de All Boys castigando a Central, algunos simpatizantes comenzaron a dejarse llevar por su sufrimiento. Un grupo avisó en el descanso arrojando insultos y piedras hacia el vestuario canalla que todo terminaría mal si no lograban torcer la historia. Se vivió un momento tenso. Fue un prólogo de lo que pasaría luego. Por eso algunos dirigentes se retiraron en ese momento.
Pero cuando el 3 a 0 se transformó en historia, hubo muchos que se dejaron llevar por su bronca incontenible. Comenzaron a atacar a la policía, que a su vez los dispersó con balas de gomas y gases lacrimógenos. Eso sí, hubo varias imágenes que exhibían la vulnerabilidad policial en determinados sectores. Como en la parte baja de la platea de calle Coordiviola y la popular de Regatas, donde cuatro agentes fueron amasados a golpes. Y de no ser porque uno de ellos sacó su arma reglamentaría y disparó al cielo, el final podría haber sido cruel. Varios palcos de prensa también fueron destruidos, como muchas butacas arrancadas.
La zona Vip dirigencial tampoco se salvó. De hecho, butacas, heladeritas y pedazos de mampostería terminaron sobre la zona baja de los vestuarios. Y ni hablar del bar. Ese sector parecía Camboya hace casi cuatro décadas. También trascendió que el ex secretario general Ricardo Milicich sufrió agresiones físicas de consideración.
Balazos de gomas para repeler los piedrazos contra la policía, que muchos terminaron lesionados. Detenidos, uno de ellos por querer robarse un TV de LCD. Impotencia y dolor incontenible de miles de hinchas fuera del estadio fueron otras de las imágenes lamentables que terminaron envolviendo la peor tarde en los últimos 25 años de la historia rica de Central.
http://lacapital.com.ar
"Hicieron un desastre. Esto es caótico. Hay muchos daños materiales", graficó una fuente policial sobre la ráfaga violenta que sacudió con su furia al Gigante.
La tarde pintaba tormentosa, pero desde el punto de vista climático. Aunque a medida que el tiempo fue avanzando y los goles de All Boys castigando a Central, algunos simpatizantes comenzaron a dejarse llevar por su sufrimiento. Un grupo avisó en el descanso arrojando insultos y piedras hacia el vestuario canalla que todo terminaría mal si no lograban torcer la historia. Se vivió un momento tenso. Fue un prólogo de lo que pasaría luego. Por eso algunos dirigentes se retiraron en ese momento.
Pero cuando el 3 a 0 se transformó en historia, hubo muchos que se dejaron llevar por su bronca incontenible. Comenzaron a atacar a la policía, que a su vez los dispersó con balas de gomas y gases lacrimógenos. Eso sí, hubo varias imágenes que exhibían la vulnerabilidad policial en determinados sectores. Como en la parte baja de la platea de calle Coordiviola y la popular de Regatas, donde cuatro agentes fueron amasados a golpes. Y de no ser porque uno de ellos sacó su arma reglamentaría y disparó al cielo, el final podría haber sido cruel. Varios palcos de prensa también fueron destruidos, como muchas butacas arrancadas.
La zona Vip dirigencial tampoco se salvó. De hecho, butacas, heladeritas y pedazos de mampostería terminaron sobre la zona baja de los vestuarios. Y ni hablar del bar. Ese sector parecía Camboya hace casi cuatro décadas. También trascendió que el ex secretario general Ricardo Milicich sufrió agresiones físicas de consideración.
Balazos de gomas para repeler los piedrazos contra la policía, que muchos terminaron lesionados. Detenidos, uno de ellos por querer robarse un TV de LCD. Impotencia y dolor incontenible de miles de hinchas fuera del estadio fueron otras de las imágenes lamentables que terminaron envolviendo la peor tarde en los últimos 25 años de la historia rica de Central.
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